Qué pasa después del diagnóstico de Tdah y que nadie te explica..

19/11/2025

Cuando recibes un diagnóstico de TDAH en la edad adulta, todo el mundo piensa que vas a sentir alivio inmediato… y sí, el alivio llega, pero después aparece algo que casi nadie te cuenta:

una montaña rusa emocional potente, inesperada y muy difícil de explicar.

Y no, no te estás volviendo loco.
No estás “dramática”.
No es que tengas “más síntomas”.

Es que el diagnóstico toca partes muy profundas de tu historia y tu identidad.

Hoy quiero contarte qué ocurre en realidad cuando te diagnostican TDAH siendo adulto para que puedas vivir este proceso con claridad, compasión y acompañamiento.

La verdad: el diagnóstico no cierra nada… lo abre todo

A veces pensamos que el diagnóstico va a ser un cierre, un final. Y una puerta se cierra pero otra se abre, y por fín llega una explicación que resulta liberadora.

Y cuando digo que una puerta se cierra (porque por fin le pones nombre y apellido a cómo funciona tu mente), se abre una que incluye ciertas heridas invisibles relacionadas con:

  • tu infancia

  • tu historia académica

  • tus emociones

  • tus relaciones

  • tus bloqueos

  • tus fracasos

  • tus éxitos

  • tus decisiones importantes

Y por primera vez empiezas a ver tu vida completa… desde otra luz.

Es normal que duela, es normal que revuelva, es normal que te remueva por dentro. Lo importante es que no mires para otro lado y comiences a mirar desde adentro todas estas heridas porque ya es hora de sanarlas para empezar desde el conocimiento libre de cargas emocionales. Pero como todo en esta vida, lleva un proceso, no es algo que se de según sales de la puerta del especialista o finalizas la videollamada, este proceso lleva tiempo y debes atravesar por unas fases fundamentales para que al final encuentres ese lugar de paz que tanto anhelas, y te las cuento a continuación:

Las 6 fases emocionales del post-diagnóstico TDAH

Acompañando a adultos con TDAH cada día, veo que casi todos transitan por estas fases (no siempre en orden):

1. Shock:

Si bien es cierto que acudes a un especialista un 99% de las veces porque sospechas que puedes tener Tdah, bien porque has leído sobre el tema y te has sentido identificado con el tema, o porque hayas visto algún video de todos los divulgadores que hay sobre el tema o porque termines hablando sin querer con alguien que ya tiene un diagnóstico establecido y comparáis cosas que tenéis en común y muchas te resuenan, cuando te dicen: tienes Tdah, es como si te echan un vaso de agua fría, y las primeras preguntas que te haces son:

“¿Cómo he vivido tanto tiempo sin saberlo?”
“¿Cómo nadie lo vio?”

2. Alivio:

Esa sensación de saber que tú no eres el problema sino que tu cerebro funciona diferente (ni mejor ni peor, diferente), entonces comienzas a sentir alivio, como si te quitasen un peso enorme de encima y lo verbalizas con la siguientes frases:

“Por fin entiendo por qué me costaba tanto.”
“La culpa empieza a caer.”

3. Rabia:

Efectivamente la rabia es una de las fases que no sabemos cuándo va a aparecer pero aparece, rabia por por años de etiquetas injustas (eres vago, flojo, lento, no encajas, eres raro…), por castigos injustos (eres muy inquieto, te portas mal en casa y en clase, no mides tus palabras cuando contestas…), comentarios hirientes, comparaciones (tu hermn@ no es así, tu primo lo entiende a la primera, tus compañeros sacan mejores notas, tu novi@ es más list@ que tú..), y comienzas a fustigarte con: Si lo hubiese sabido antes.. pero lo que pasó pasó, a partir de ahora está en tus manos el sanar y poner esos límites que por desconocimiento nunca llegaste a poner.

4. Duelo:

Siempre llega pero afortunadamente no para quedarse. En ésta fase comienzas a mirar desde el retrovisor esos aspectos de tu vida que te hayan marcado porque:

Duele ver quién fuiste sin herramientas.
Duele ver todo lo que te exigieron.
Duele ver que no era tu culpa.

Y ese dolor se irá cuando comiences a abrazarlo y a aceptar que a partir de ahora todo es diferente y no se va a repetir nunca más.

5. Hiperconciencia:

A partir de aquí, analizas absolutamente todo.Cada gesto, cada emoción, cada reacción, tanto tuya como la de los demás. Esto puede ser agotador.

Comienzas a mirar con detenimiento cada cosa que haces y parece que siempre quieras ponerle una etiqueta que diga: esto es tdah/ esto no es tdah. Y está bien que quieras ir identificando cada cosa, pero no te obsesiones, reflexiona sobre cada cosa de manera amable contigomism@ y cuando identifiques algo que si es tdah, no intentes enmascararlo, aceptarlo es el primer paso para crecer, y obvio hay cosas que mejorar, todos los seres humanos tenemos que hacerlo, pero lo importante es que sigas manteniendo tu esencia y siendo tú. El tdah no te define ni te hace peor persona.

6. Reconstrucción de identidad:

Esta es la fase más transformadora, ya puedes decir con certeza: Ahora sé quién soy, qué necesito y cómo funciono.”. A partir de aquí está en tus manos lo que hagas con la información de tu diagnóstico, aceptar, buscar herramientas, identificar tus habilidades y ponerlas a tus servicios, trabajar tu autoestima para sentirte mejor contigo, hacer un cambio de vida en el que realmente te sientas tú… o sentarte, justificarte, victimizarte y que todo siga igual.. decidas lo que decidas, que siempre te haga feliz. sobre todo, no sientas verguenza de contarle al mundo que tienes Tdah, esto te abrirá muchas puertas y mejorará las condiciones de las que te toque hacer frente (un trabajo, estudios, una relación…).

¿Por qué es tan intenso emocionalmente?

Cuando recibes el diagnóstico de niño, aprendes a convivir con tu tdah, pero, cuando llega siendo adulto o de momento no está diagnosticado, deja heridas invisibles como:

  • culpa crónica

  • baja autoestima

  • perfeccionismo

  • comparación constante

  • miedo al fallo

  • creencias limitantes

  • sensación de insuficiencia

  • hiperexigencia

  • autosabotaje

El diagnóstico trae luz. Y cuando llega la luz… ves cosas que siempre estuvieron ahí.

Lo que más repiten mis clientes es esto:

“Pensaba que el diagnóstico me iba a ordenar la vida… pero lo primero que hizo fue desordenarme por dentro.”

Y es EXACTAMENTE así. El post-diagnóstico no es un caos, es reorganización interna.
Tu sistema está recalculando.
Tu historia se está resituando.
Tu identidad se está reescribiendo.

Este proceso no es un problema, es una oportunidad.

Lo más importante: NO tienes que vivir este proceso solo/a

Nadie debería integrar un diagnóstico emocional tan profundo sin:

  • validación

  • contención

  • claridad

  • herramientas reales

  • acompañamiento humano

Por eso creé TDAH Mountain, la primera atracción de mi programa TDAHLand:
un espacio seguro donde trabajamos paso a paso:

  • la montaña rusa emocional post-DX

  • la culpa

  • la rabia

  • el duelo

  • la identidad

  • el shock

  • la hiperconciencia

  • la calma interna

  • la regulación emocional

  • la reconstrucción narrativa

No se trata de convertirte en otra persona.
Se trata de reconectar contigo sin peso, sin juicio y sin culpa.

Tu diagnóstico no es el final de nada. Es el comienzo de tu historia real.

Y estás justo donde tienes que estar.

Si quieres acompañamiento, estructura emocional y un espacio seguro para integrar esta nueva etapa, aquí estoy para caminar contigo.

Bienvenida a TDAHLand.
Aquí tu historia tiene sentido.

Gaby Rodríguez. Life coach Tdah.

Anterior
Anterior

Cómo apoyar a tu pareja cuando tiene TDAH sin perderte a ti.

Siguiente
Siguiente

Mini-hábitos para regular la mente (sin disciplina marcial)