Qué hacer cuando sospechas que tienes TDAH en la adultez (sin autodiagnosticarte)

10/12/25

Durante los últimos años, miles de adultos han empezado a hacerse la misma pregunta en silencio:
“¿Y si lo que me pasa es TDAH?”.

Tal vez has visto vídeos en redes que te han resonado, tal vez te has sentido identificado/a con historias de bloqueo, despiste, agotamiento mental o culpa constante. Tal vez llevas toda la vida sintiendo que te esfuerzas el doble para conseguir la mitad.

Y entonces aparece esa sospecha…

Este artículo no es para darte un diagnóstico, es para ayudarte a entender qué puedes hacer en esta etapa de duda, búsqueda y comprensión, sin caer en el autodiagnóstico ni en el miedo.

Cuando la sospecha aparece en la adultez:

La mayoría de personas adultas con TDAH no lo descubren de niños. Lo descubren de adultos cuando:

  • El cansancio ya no se puede tapar.

  • Las estrategias de siempre dejan de funcionar.

  • La autoexigencia se vuelve insostenible.

  • La comparación con los demás duele demasiado.

  • Los despites afectan en el día a día.

  • Las relaciones y en especial las de pareja, cada vez se hacen más cuesta arriba..

  • No soy capaz de terminar algo aunque tenga muy buenas ideas.

  • No soy capaz de mantener hábitos ni rutinas sostenibles.

  • Me esfuerzo el doble que los demás para llegar al mismo punto..

  • y la lista puede ser más larga..

Muchos/as han escuchado durante años:
“Si quisieras, podrías.”
“Solo es cuestión de organizarte.”
“Eres inteligente, pero no te esfuerzas.”

Y lo peor es que se lo han creído.

Por eso, cuando aparece la palabra TDAH, no suele llegar con alivio inmediato, sino con una mezcla de:

  • miedo

  • esperanza

  • confusión

  • validación

  • y muchas preguntas.

Y cuando comienzas a leer sobre el tema y descubres que hay muchas cosas en común, hay una voz que te dice que tienes lo mismo que lo que dice el texto, que te ha pasado toda la vida, que nadie te lo dijo de pequeño aunque tú sabías que había algo en tí que no encajaba como en los demás.. y así un montón de frases de validación hasta que llega la pregunta, y ahora qué hago con toda esta información?.

Informarte no es lo mismo que autodiagnosticarte.

Informarte es sano, buscar comprensión es un acto de autocuidado, pero poner un diagnóstico sin evaluación clínica no lo es.

Hoy en día tenemos acceso a muchísima información, y eso es una ventaja… pero también un riesgo porque cuando algo nos resuena profundamente, es fácil pensar:

“Entonces esto soy yo.”

Y aquí es donde conviene hacer una distinción muy importante:

  • Puedes identificarte con muchas vivencias del TDAH.

  • Puedes investigar, leer, escuchar testimonios.

  • Puedes acompañarte emocionalmente en este proceso.

  • Pero el diagnóstico solo puede hacerlo un profesional sanitario especializado.

No por rigidez, sino por cuidado. Muchas veces el autodiagnóstico nos hace mas mal que bien, porque aunque si bien la tecnología nos llena de información, el factor humano no lo tiene, y esto es algo imprescindible a la hora de recibir un diagnóstico, además, por lo general, un 80% del tdah viene acompañado de otros trastornos, y es necesario que el especialista sepa reconocerlos en tí para darte el diagnóstico afinado y pueda guiarte con las herramientas que necesites para que vivas y convivas con tu nueva realidad de una manera adecuada.

¿Quién puede diagnosticar el TDAH?

El diagnóstico del TDAH en adultos lo realizan:

  • Psiquiatras.

  • Psicólogos clínicos especializados en neurodesarrollo.

A través de:

  • Entrevistas clínicas.

  • Historia de vida.

  • Cuestionarios específicos.

  • Descarte de otras condiciones.

No se diagnostica con:

  • Un test online.

  • Un vídeo.

  • Una lista de síntomas en redes.

  • Chatgpt.

Esto no invalida tu experiencia, la protege.

Entonces… ¿qué sí puedes hacer mientras tanto?

Mientras atraviesas esta etapa de sospecha, hay mucho que SÍ puedes hacer sin ponerte etiquetas apresuradas:

1. Observarte con curiosidad, no con juicio:

Empieza a anotar patrones:

  • cuándo te bloqueas,

  • cuándo te hiperconcentras,

  • cuándo te agotas más rápido,

  • cómo es tu relación con el tiempo, las emociones y la organización.

No para criticarte sino para comprenderte.

2. Cuidar tu diálogo interno:

Muchas personas llegan a la sospecha de TDAH después de años de autocastigo:

  • “soy un desastre”

  • “no sirvo”

  • “siempre igual”

  • “nunca termino nada”

Antes incluso del diagnóstico, ya puedes empezar a desmontar ese discurso. Eso también es parte del proceso terapéutico.

3. Buscar acompañamiento emocional:

Aunque el diagnóstico corresponda a un especialista sanitario, el acompañamiento emocional es clave en esta etapa:

  • para ordenar lo que sientes,

  • para sostener la ansiedad de la duda,

  • para trabajar la culpa acumulada,

  • para empezar a entenderte sin atacarte.

Acompañarte no significa diagnosticar. Significa sostenerte mientras atraviesas el proceso, y siempre se camina mejor con compañía.

4. No vivir este proceso en soledad:

Lo más duro de esta etapa no es la duda.Es la sensación de: “Estoy sol@ con esto.”

Hablarlo con alguien que entienda el proceso, que no banalice ni dramatice, marca una diferencia enorme.

El diagnóstico como acto de autocuidado (no como etiqueta):

Muchas personas tienen miedo al diagnóstico porque piensan:

  • “Me van a poner una etiqueta.”

  • “Me van a definir por un trastorno.”

  • “Algo está mal en mí.”

Pero cuando el proceso es bien acompañado, suele ocurrir lo contrario: llega alivio, llega comprensión, llega coherencia a la historia personal y aparece por fin una narrativa más amable.

El diagnóstico no te rompe. A menudo te ordena por dentro.

Acompañamiento emocional y diagnóstico pueden ir de la mano..

No es:

  • coaching versus psiquiatría

  • enfoque emocional versus clínico

Es:

  • emocional más clínico

  • proceso interno más evaluación profesional.

Y qué quiero decir con esto?:

Cuando se integran ambos espacios, la persona deja de sentirse “un problema” y empieza a verse como alguien con un sistema nervioso distinto que necesita estrategias distintas. El diagnótico de tdah te abre las puertas a un conjunto de disciplinas como el coaching, la psicología, la psiquiatría, y la psicoeducación, que fusionadas como un equipo multidisciplinar van a potenciar tu avance. Mientras el psicólogo va a tratar tu diagnóstico a través de la terapia cognitivo conductual, para gestionar síntomas emocionales y conductuales del TDAH, trabajando en el "por qué", el coach de TDAH se centra en el presente y el futuro, ayudando a desarrollar estrategias prácticas para organización, gestión del tiempo y cumplimiento de objetivos, transformando desafíos en competencias y trabajando en el "cómo" lograr metas específicas. Ambos son complementarios. Mientras el psicólogo aborda las raíces y el bienestar emocional, y el coach impulsa la acción y la planificación concreta. 

Si estás en esta etapa de sospecha…

Quiero decirte algo importante:
No tienes que resolverlo todo hoy, no tienes que etiquetarte ya. No tienes que saber exactamente qué te pasa para empezar a cuidarte.

Puedes:

  • estar en la duda,

  • estar en el proceso,

  • estar en la búsqueda.

Y aun así merecer acompañamiento, comprensión y calma.

Si algo de lo que has leído aquí te ha resonado, quizá no necesites una respuesta inmediata.
Quizá lo que necesitas ahora es un espacio donde:

  • no te juzguen

  • no te apresuren

  • no te minimicen

  • y no te reduzcan a un diagnóstico.

Ese espacio existe, y no tienes por qué recorrer este camino sol@.

Si estás en proceso de sospecha de TDAH, desorientad@ o emocionalmente removid@, acompaño este momento en sesiones online 1:1 desde un enfoque humano, respetuoso y sin etiquetas apresuradas. Puedes encontrar más información en el enlace de servicios.

Gaby Rodríguez. Life coach Tdah.

Anterior
Anterior

Burnout en adultos con TDAH: cansancio vs agotamiento.

Siguiente
Siguiente

¿Por qué se enmascara el TDAH? La raíz oculta de un mecanismo aprendido para sobrevivir.